Una pregunta muy común que recibo en mis talleres de Diseño de Políticas Públicas es: ¿cómo lograr proyectos urbanos de alto impacto con bajo presupuesto? La respuesta es urbanismo táctico y acupuntura urbana, dos corrientes que han cobrado relevancia en la última década.
Te quiero compartir las ideas más relevantes de dos libros que tratan justamente sobre estas prácticas. El primero es Acupuntura Urbana: celebrando pinchazos de cambio para enriquecer la vida de las ciudades, escrito por el brillante arquitecto brasileño Jaime Lerner, a quien se le atribuye la creación del Bus Rapid Transit (Autobús de Tránsito Rápido), en Curitiba, ciudad de la que fue alcalde en tres ocasiones, y quien además fue gobernador dos veces del estado de Paraná. Su propuesta me parece valiosa porque nos muestra el método probado para realizar grandes cambios con poca inversión.
El segundo libro es Urbanismo Táctico: acción a corto plazo para un cambio a largo plazo, de Mike Lydon y Anthony García, dos reconocidos planificadores urbanos y fundadores del movimiento.
Portadas de los libros Tactical Urbanism de Mike Lydon y Urban Acupuncture y Anthony García
La acupuntura urbana y el urbanismo táctico tratan sobre cómo cambiar ciudades a partir de acciones pequeñas, baratas y flexibles, involucrando a la ciudadanía. Hay una importante diferencia entre ambas corrientes, aunque conceptualmente son muy parecidas; la acupuntura urbana promueve cambios desde una óptica biológica y artística, mientras que el urbanismo táctico desde una política y participativa.
Acupuntura urbana
En Antonina, una ciudad costera del estado de Paraná, practican acupuntura musical para acompañar sus tradiciones. Ahí, sirven un platillo llamado barreado porque se cocina en una olla de barro. Cuando esta olla se abre, disparan fuegos artificiales y se canta el himno nacional de la ciudad. Este tipo de tradiciones atrae turistas a la zona e incentiva la economía del lugar, lo que a la larga se puede convertir en desarrollo sostenible.
Urbanismo táctico
En Portland, Oregón, se inició el proyecto “Reparación de intersecciones” con la finalidad de convertir las calles de un vecindario en puntos de reunión pública. La iniciativa trascendió a todo Estados Unidos. Estos espacios se caracterizan por estar pintados en colores brillantes, para comunicar a los conductores sobre el acceso a un lugar relevante para el vecindario. Una vez que la intervención inicial tiene lugar, los vecinos pueden mejorarla con bancas, jardines y arte urbano. Esta práctica surgió como una actividad no autorizada, pero dados sus beneficios, terminó siendo respaldada por las autoridades locales.
¿Cómo llevar a la práctica la acupuntura urbana y el urbanismo táctico?
Lydon y García ofrecen una guía para realizar urbanismo táctico que, sin embargo, también puede implementarse para intervenciones de acupuntura urbana. La metodología es design thinking y comprende cinco pasos: 1) empatizar, 2) definir, 3) idear, 4) prototipar y 5) probar.
El design thinking es de gran ayuda para quienes planifican ciudades porque ayuda a satisfacer las necesidades reales de los ciudadanos, al promover el contacto directo con quienes experimentan un problema, con el objetivo de encontrar su respectiva solución. Además, utiliza prototipos o pilotos para probar la alternativa elegida y permite realizar ajustes o mejoras de acuerdo con los resultados obtenidos.
¿Cómo puede aplicarse esta metodología?
Jaime Lerner propone en su libro dar un pinchazo al zócalo de la Ciudad de México. Después de interactuar con comerciantes formales e informales en esta zona, plantea una solución para resolver el congestionamiento que ambos sectores producen. Considera que estos sectores rivales deben realizar una tregua para trabajar conjuntamente, especificando horarios para cada tipo de comerciantes. Por ejemplo, los vendedores formales podrían comenzar a trabajar a las 6 de la mañana y los vendedores ambulantes después de las 6 de la tarde.
En esta propuesta es posible distinguir algunas de las etapas de la metodología design thinking. El autor realizó la primera etapa al tener contacto con los comerciantes; la segunda, al identificar como problema el congestionamiento derivado de la interacción de los comerciantes formales e informales; y, la tercera, al proponer una solución.
Para completar la metodología, tendrían que implementarse la cuarta y quinta etapas: prototipar y probar. Una sugerencia es hacerlo en una zona determinada y durante un tiempo específico para evaluar resultados. Esto último es muy importante y característico de este tipo de intervención, ya que los resultados no se limitan únicamente a reducir el problema identificado (en este caso, el congestionamiento), hay efectos colaterales en el mediano o largo plazo, como el mejoramiento de la seguridad pública.
¿Por qué los recomiendo?
Porque la acupuntura urbana y el urbanismo son opciones valiosas para gobiernos municipales y estatales al momento de planificar sus intervenciones, ya que, en algunos ámbitos del sector público, todavía prevalece la idea de que proyectos faraónicos son la vía para cambiar la vida de las personas y mejorar ciudades. Estos libros ofrecen una propuesta efectiva, basada en buenas prácticas que comprueban que intervenciones pequeñas pueden generar grandes cambios en las ciudades.
Además, las obras me parecen muy didácticas porque muestran cómo realizar intervenciones efectivas en materia de urbanismo, así que funcionan como guías para aquellos interesados en estos enfoques tan innovadores.
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